EL ALELUYA DE TIJARAFE
En Tijarafe, cuando en la misa de Pascua de Resurrección se entona el Gloria, en la medianoche del sábado, cae el telón negro que tapa el magnífico retablo barroco; en ese mismo momento se abren las puertas de la iglesia, con gran estruendo, repican las campanas en la espadaña, resuena el tambor, que aquí llaman «caja de guerra», mientras un grupo de jóvenes y mayores presididos por un estandarte van corriendo por la iglesia arrojando pétalos de flores a los feligreses. Tras su recorrido por todo el templo, pulpito, coro y nave, al llegar al altar se arrodillan en su alegre y bulliciosa expresión de Aleluya. La ceremonia continúa y la iglesia queda impregnada de una suave mezcla de aromas de incienso, de flores...
Los Galanes de Puntallana
En la iglesia de San Juan de Puntallana el sábado de gloria se celebra con la danza de los Galanes. En el momento que el sacerdote entona el Gloria in excelsis Dei, el telón que tapaba el retablo mayor se parte en dos, momento en que por las puertas de la iglesia entran en parejas y corriendo los Galanes. Los componentes de esta peculiar danza van vestidos con pantalón, camisas blancas y faja roja, pañuelo al cuello y en algunos casos con una cinta ancha de colores cruzando el pecho. Según María Candelaria Hernández Concepción, en Diario de Avisos de 7 de abril de 1996, los Galanes gritaban entrando en la iglesia «¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Resucitó!».
Antiguamente los Galanes adornaban sus cañas con flores, frutas, cintas, campanillas, sartas de rosquetes, …..
En la actualidad, los enrames son más pobres, ya no corren personas mayores sino jóvenes de ambos sexos, y en el recorrido ya no dicen el «Uf, uf..., ru, ru...» sino, al ponerse de rodillas ante el altar gritan ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Los Gacios de San Andrés
En San Andrés, después de la misa del Domingo de Pascua, a mediodía, nos muestra un Cristo Resucitado que tras el encuentro con la Virgen continúa la procesión hasta la iglesia, acompañados por los feligreses y niños que portan ramos de gacios -planta silvestre de color amarillo-. Al terminar la procesión, los niños aguardan la salida del oficiante, flanqueando un pasillo delante de la puerta de la iglesia y con los gacios en las manos en forma amenazante. Al salir el cura un gran griterío lo recibe y los niños comienzan a golpearlo mientras él se protege la cara con las manos y emprende una veloz carrera para refugiarse en la casa parroquial. Después de este hecho, podría parecer que el cura no quisiera saber nada más de los niños y no es así; las ventanas de su casa se abren y comienza a lanzarles monedas, caramelos y estampas que los pequeños recogen con alborozo y alguna que otra pelea.
El Aleluya de Fuencaliente
En Fuencaliente también se corre el Aleluya el Sábado de Pascua, con la variedad de que un grupo de niños y jóvenes lleva colgadas al cuello unas esquilas que hacen sonar en sus carreras por el interior de la iglesia, mientras otros tiran flores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario